Marruecos no solo se recorre con la vista o los pies, también se descubre con el paladar. Cada plato, cada aroma y cada sorbo de té cuentan una historia milenaria. Si amas la gastronomía y quieres conocer una cultura desde sus sabores más auténticos, este viaje culinario por Marruecos es para ti.

1. El Tajín: sabor lento cocinado con alma

El tajín es el plato icónico marroquí. Cocido en una olla de barro cónica, combina carnes, verduras y frutas secas con especias como comino, canela y cúrcuma. Ya sea de pollo con limón encurtido y aceitunas, o de cordero con ciruelas, cada tajín es una obra maestra del equilibrio entre dulce, salado y especiado.

2. El Couscous: mucho más que un acompañamiento

En Marruecos, el couscous es una celebración. Suele servirse los viernes, tras la oración, y simboliza unidad y comunidad. Se cocina al vapor con vegetales, garbanzos y carne, y se presenta en grandes bandejas para compartir. Comerlo es participar de una tradición ancestral.

3. El Harira: una sopa que alimenta cuerpo y alma

Este caldo espeso de lentejas, tomate, garbanzos y fideos es típico durante el Ramadán, pero también se disfruta todo el año. Nutritiva, reconfortante y deliciosa, la harira se acompaña con pan, higos secos y dulces como chebakia. Es la bienvenida cálida de la cocina marroquí.

4. Especias: el corazón del sabor marroquí

Los zocos están llenos de montón de especias que perfuman el aire: pimentón, jengibre, ras el hanout, clavo, anís… La mezcla perfecta es un arte heredado por generaciones. Las especias no solo dan sabor, también tienen funciones medicinales y energéticas.

5. Té a la menta: un ritual de hospitalidad

En Marruecos no se pregunta si quieres té, simplemente se sirve. Preparado con té verde, menta fresca y mucho azúcar, se sirve desde lo alto en pequeños vasos. Este gesto es sagrado: es abrir la casa, el corazón y el tiempo al otro. Beberlo es participar de un código cultural lleno de simbolismo.

6. Pastilla y dulces árabes: delicias entre capas y miel

La pastilla es un plato sorprendente: masa crujiente rellena de pollo, almendras y especias dulces, cubierta de azúcar y canela. Un plato festivo que combina texturas y sabores como ningún otro. Los dulces marroquíes, hechos con miel, agua de azahar y frutos secos, cierran cualquier comida con un toque celestial.

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